La
depresión es el resultado de interacciones profundas de factores sociales,
psicológicos y biológicos, es una carga emocional que somete la salud mental
tanto en nuestro país como en el mundo, acrecentándose aún más en los últimos
meses. Según la OMS: un 4,4% de la población mundial sufre de depresión y casos
en aumentan un 18% en 10 años.
Ginebra. - Al menos 322 millones de personas en el
mundo sufren de depresión, un 18% más que hace una década, y otros 264 millones
padecen trastornos de ansiedad, un incremento del 15% respecto a hace diez
años, según los últimos datos revelados hoy por la organización Mundial de la
salud (OMS).
La depresión en la mayoría de los casos no es una respuesta inmediata a
algún acontecimiento de ahora, muy por el contrario, tiene que ver con el
acumulativo de incidentes pasados. Diferenciándose de los ataques de pánico,
ansiedad, estrés, comportamiento obsesivo compulsivo, la depresión es una tristeza profunda, sentimientos
de inutilidad, fatiga crónica, sentimientos de culpa, aunque en muchos casos
estén relacionados los síntomas descritos anteriormente. La persona pierde el
apetito, cansancio extremo, con ausencia de sueño o la acción contraria sueño
desmedido.
Lamentablemente muchos subestiman la depresión
pensando que es un capricho de la persona, para llamar la atención, cuando es
igual de grave, o a veces más letal que un cáncer, pues “no hay peor enfermedad
que la falta de amor” frase citada por la Madre Teresa de Calcuta, y esto en
sí, es la depresión (la persona no se siente amada, padeciendo un profundo
vacío interior) suelen no expresar sus sentimientos porque le avergüenza o les
da miedo tan solo poder comunicarse.
Si no se trata a tiempo toda depresión corre el riesgo
de volverse crónica generando un gran desnivel químico en la persona reflejados
en su ámbito social, laboral y cognitivo. Un trastorno depresivo mayor crónico
suele manifestarse posterior a un prolongado tiempo en la sumisión de una
tristeza, proporcionado por la relación de la persona con la familia, pareja,
amigos, trabajo, perdida física de un ser querido, etc.
Este trastorno mental es más frecuente de lo que
llegamos a imaginar. Afectando más a la mujer que al hombre, aunque hoy estamos
casi a la par en esta estadística, conllevando al suicidio en el caso más
nefasto. Aunque existe eficaces e innumerables tratamientos para la depresión
con terapias cognitivas, psicoanálisis, psiquiatría, más de la mitad de los
afectados en todo el mundo, e incluso el 90% de la población de algunos países,
no reciben tratamientos, por falta de recursos o porque ni siquiera reconocen
que existe un problema, algunos, aunque le reconozcan se encierran en su propio
laberinto mental sin ver una luz al final del túnel.
Reconocer el problema es indispensable, buscar ayuda,
no quedarnos en silencio ni en la soledad porque, en estos casos la soledad
será nuestro peor enemigo, crear una higiene mental con pensamientos positivos
a través del poder de la afirmación, el poder del pensamiento para crear una
conciencia elevada. Reinventar nuestra vida a diario, en caso de que la
tristeza te haya robado los sueños, inventarte nuevos sueños (aunque sea se
mentira o de fantasía) la importancia de soñar es la que nos mantendrá vivos,
somos del tamaño de nuestros sueños, aunque la tormenta emocional haya sido
devastadora, debemos encontrar los mecanismos necesarios para volver a
soñar.
Herramientas que nos ayudarán a despertar conciencia y
dar paso a la depresión es: Meditar, hacer yoga, activarnos a través del
ejercicio pues no hay mayor antidepresivo que el ejercicio, cambiar nuestra
rutina diaria, hacer catarsis gritando en una habitación donde nadie te
escuche, escribir, pintarlo que te haga sentir paz interna, soltando pesos
emocionales, desprendiéndonos de la profunda tristeza, buscar la manera de
romper los tabú y hablar, la acumulación de la ira, angustia y frustraciones,
conlleva al declive de la depresión, buscar poder hablar será una gran vía de
escape a este mal que acecha cada día sin distinción de raza, religión, sin
distinción de estatus social ni económico, a todos nos ataca por igual.
En mi
opinión particular una de las grandes causas de la depresión es debido a que
cada día estamos más alejados de nuestro espíritu, alejados de Dios, estamos
tan concentrados en crecer profesionalmente que olvidamos crecer
espiritualmente. No importa que título tengas, cuanto éxito hayas alcanzado, si
tu espíritu no está alimentado por el ser, a través de la fe ese que será
nuestro motor de vida, difícilmente ningún éxito te podrá llenar, como te
llenara la gracia del señor, a través de la fe y tu cuerpo, pues tu cuerpo es
tu templo. Cuida, ama, valora y respeta tu vida, pues es un regalo y bendición de DIOS.
Autora: Vivian Sleiman autora
Best Seller coah motivacional
Twitter: @vivsleiman
Instagram: @vivsleiman
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